
El Color en el Diseño Gráfico
Hablar del color, es entrar en el mundo de los estímulos visuales pues el color es sin duda uno de los más poderosos: es una herramienta de comunicación cuyo alcance y utilidad es enorme. El color tiene la virtud de transmitir significados de forma inmediata, al tiempo que pasa prácticamente desapercibido produciendo sensaciones en nuestro sistema límbico (región del cerebro que procesa entre otros estímulos el color), generando respuestas fisiológicas.

Teoría del color.
Desde el punto de vista físico, el color es el resultado del reflejo de las ondas luminosas, que impresionan nuestro sistema visual (ojos – cerebro). El proceso de percepción del color es universal entre los seres humanos, más su interpretación se ve influenciada por aspecto culturales.
Desde el punto de vista físico, cuando el rayo de luz ilumina un cuerpo u objeto, éste absorbe determinadas ondas de luz y refleja otras. Esas ondas reflejadas son las que nuestros ojos captan y posteriormente nuestro cerebro percibe como un color. Para que nuestro sentido de la vista pueda captar el color, es necesario la presencia de la luz.
La teoría del color en el diseño gráfico, como en el arte de la pintura, es un conjunto de reglas y fundamentos que definen reglas básicas en la mezcla de pigmentos para lograr imitar los colores existentes en el mundo real. A través de la historia, se puede apreciar como los artistas y científicos han creado sistemas para organizar la percepción del color en modelos visuales. Un modelo cromático sirve de ayuda al diseñador para ver estas relaciones al momento de planificar sus ideas.
Albert Munsell, pintor y científico británico desarrolló el círculo cromático, uno de los modelos mas comúnmente utilizados. El círculo cromático de Munsell es una representación circular de los distintos tonos (distintas longitudes de onda que distinguen el azul del amarillo y del rojo).

Las relaciones entre los colores están definidas por su posición relativa en el círculo cromático de Munsell. Los diferentes tonos, o diferentes longitudes de onda de la luz, presentan un valor (oscuridad o luminosidad, brillo) y un croma (también llamado saturación.
Johannes Itten, profesor de la Bauhaus en Weimar (Alemania) en la década de 1920, postuló en su libro «The art of color», publicado en 1961, la idea de la esfera cromática: un modelo tridimensional que integra la escala de brillos del círculo cromático de Munsell y la convierte en una esfera.

En estas figuras tenemos (A) el hemisferio cálido de la esfera; (B) el hemisferio frío; (C) un corte transversal vertical de la esfera que divide los dos hemisferios cálido y frío; y (D) una sección transversal horizontal que separa la mitad superior (luminosa) del exterior (oscura). En esta última sección transversal estamos viendo la parte inferior.
Aunque estos modelos de color se desarrollaron para describir cómo reaccionan los colores al reflejar la luz, los diseñadores gráficos los utilizan pues son completamente aplicables a la mezcla de pigmentos, ya sea pintura o tinta. Es importante tener claro qué las tintas o pigmentos, pueden verse afectados por lo materiales o sustratos sobre los que se imprima, por lo tanto, es un factor que se debe considerar a la hora de establecer las relaciones de color.
Si las tintas que se combinan son sólidas, las relaciones de color serán mucho más directas y tendrán un efecto mucho más agresivo cuando se combinen entre si.
Relaciones del Color.
Al momento de planificar las ideas en un proyecto gráfico, el color es un agente de gran importancia, como ya lo hemos dicho. Por ello es vital comprender cuales son las cualidades que determinan sus relaciones, de manera de obtener el mejor resultado.
El Tono.
El tono es la identidad del color y en un diseño se pueden crear interacciones entre los distintos tonos. Pero hay que tener en cuenta que sus cualidades ópticas varían según su proximidad en el círculo cromático. Entre más cercanos más similares serán, pero por el contrario, cuanto más alejados, mas contrastarán.

El Brillo.
Las relaciones de oscuridad y brillo, generan contrastes que permiten crear ritmo entre las zonas más claras y las mas oscuras, aún cuando ello implique limitar la variedad de tonos. Al mismo tiempo, la manipulación del brillo, permite obtener jerarquías visuales que organicen la lectura del diseño.

Saturación.
Las relaciones de saturación son independientes del tono, aunque normalmente tienen un efecto en el brillo o la temperatura. Las variaciones de saturación permiten crear atmósferas diferentes en los diseños, si se disminuye la saturación de un tono, este parecerá más oscuro y menos vibrante.

Temperatura.
Si agrupamos colores de una temperatura similar y añadimos una o dos variantes más frías o más cálidas de esos tonos, podemos generar una gran cantidad de opciones de combinación de los colores a la vez que se mantiene el control del entorno cromático.

Color, forma y Espacio.
El color posee propiedades espaciales. Los colores fríos parecen retroceder, mientras los colores cálidos parecen avanzar. Aplicar color a una composición tendrá un efecto inmediato sobre la jerarquía de las formas en el espacio, es decir, sobre el orden de su importancia relativa.

Codificar el color.
Una de las características del color es la de crear diferenciación entre los tipos de comunicación, así como también crear relaciones que permitan organizarla. Por ejemplo, se puede usar el color con elementos gráficos y/o la tipografía para ayudar a distinguir al lector entre títulos, subtítulos y cuerpo de texto, o entre diferentes secciones informativas. Otra fórmula basada en el color es utilizar una paleta general basada en un color para todos los elementos o un contenido específico.
Codificar el color es una posibilidad de usar el color como sistema. Crear un esquema sencillo y fácilmente identificable, hace que sea muy efectivo. Pongamos el ejemplo de una línea de barras de chocolates; tenemos el chocolate con maní, con frutas, el chocolate con leche solo y el chocolate negro o fuerte. A través de un sistema de color, el diseñador puede crear una diferenciación entre cada producto que permite su identificación por parte del consumidor.

Psicología del color
Cada color comporta unos significados que estructuran mensajes psicológicos, que dependiendo cómo se usen, influirán sobre el contenido de las imágenes o de lo representado por la tipografía. El componente emocional del color está profundamente conectado con la experiencia humana.
Esto tiene su basamento lógico y físico en la longitud de onda de los colores, que condicionan sus efectos en el sistema nervioso. Los tonos cálidos como el rojo y el amarillo, poseen una mayor longitud de onda y por lo tanto se requiere mas energía para procesarlos una vez que ha sido captados por los ojos y el cerebro, lo cual se traduce en excitación. Por el contrario, las menores longitudes de onda de los colores más fríos , como el azul, el verde y el violeta, requieren también menos energía para ser procesados por nuestro sistema visual, lo que origina una ralentización de nuestro metabolismo y un efecto calmante.
Sin embargo, hay que tener presente que las propiedades psicológicas del color también dependen en gran medida de la cultura y experiencias personales del espectador. Culturalmente el rojo se asocia con sentimientos de amor, ira o energía, porque el rojo está asociado a la carne, a la sangre y a la violencia. En las culturas occidentales, predominantemente cristianas, el negro se asocia con la muerte y el luto, mientras que para los hindúes el color que representa la muerte es el blanco, que a su vez para los cristianos transporta significados de asociados a la limpieza y pureza.
